La ventaja del blog, a la
hora de los agradecimientos, es que esta sección puede ser infinita.
Y hoy voy con la realización
del libro en sí. No con los sucesos que lo provocaron, sino con la forma final
del manuscrito (que nunca fue estrictamente un manuscrito).
Y aquí tengo que agradecer
especialmente a mis padres, que leyeron algunas de las primeras versiones y me
animaron a continuar intentando publicarlo, y a mi hermano Arturo y mi cuñada
Chon, que me dieron las claves de las mejorías: «No se entiende nada. ¿Quién es
quién? Tienes que hablar más de esto y menos de lo otro. Esa parte no hay quien
la lea». Bueno, no fue así tan cruda la cosa, pero me sirvió para mejorar (creo
que bastante) el original.
Así que lo dicho: muchas gracias por ayudarme a dejar el libro algo más presentable.
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