"Viendo
el violento movimiento del agua en el montaje hecho en el ordenador, el
cooperante vuelve a sentir la emoción de enlazar caimanes en las pozas casi
secas. La cámara captó el momento en que el investigador brasileño
especializado en yacarés al que habían pedido asesoramiento y ayuda comprobó
que su sistema para atrapar los lagartos en aguas libres no era tan útil
cuando el cazador se encuentra atrapado en el barro: en este caso, tras enlazar
al animal y soltarse la varilla, no es el caimán el que no puede huir, sino el
hombre. Más adelante aparecen los lazos improvisados con tuberías de PVC y
reforzados con cable de acero.
El
joven español comprueba cómo en el montaje se puede apreciar el trabajo de los
guardaparques y el suyo propio atando la boca de los caimanes y amarrando estos
a la sombra para después trasladarlos a una distante zona con abundante agua.
En algo más de cuatro minutos se resumen los tres días de trabajo en estrecha
colaboración con la dirección del Parque Nacional, con un objetivo más de
imagen, al evitar que los yacarés muriesen en las pozas a la vista del camino,
que necesario, tratándose de salvar unas docenas de caimanes de los varios miles
que pueblan la zona, de los millones de ellos que habitan el Pantanal. Como efecto
positivo, además, para los guardaparques fue una nueva forma de enfocar su
trabajo, un aspecto nuevo y emocionante de su labor y con resultados inmediatos
que los llenó de orgullo. Para casi todos ellos fue un descanso frente a la
rutina de enfrentarse a la hostilidad generada por las oligarquías locales y
por todo aquel que prefiere que la zona de «llanos inundables» siga siendo un
territorio sin ley ni control. Todos aquellos que les dicen que allí en el
Pantanal las motosierras no solo cortan palos; que se cuiden.
La última
imagen corresponde a un caimán que, ya liberado, nada en superficie un momento
para después sumergirse lentamente, quizá sorprendido su primitivo cerebro por
el extraño comportamiento de sus captores. Los duros y rígidos bordes de su
boca no permiten apreciar ninguna expresión en el reptil, a no ser que ese
colmillo que asoma por un lado de sus fauces se considere como una sonrisa;
sonrisa lobuna, en cualquier caso."
****Nota de agosto de 2018: El libro «¡Carao! Pantanal» no se encuentra a
la venta en formato digital temporalmente. Una vez terminados los ejemplares de
la primera edición en papel (a precio reducido a través de este contacto), volverá
a estar disponible para leerlo en lector electrónico.
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